Cuarta Edición del Festival Internacional de Música Alkalat 08
agosto 19, 2008
El IV Festival Internacional de Música de Al-kalat 08, nos ha ofrecido un programa lleno de atractivo para disfrutar de la música clásica y del cante y baile flamenco. El Festival se consolida como una cita imprescindible en el calendario cultural del verano, muchos repiten viniendo año tras año, otros lo han descubierto por primera vez estas emocionantes veladas.
El cartel anunciador del IV Festival de música Alkalat, cuyo autor es casualmente el que esto escribe tiene su pequeña historia. En los días blanquinegros de la infancia al balbuceo de los números y las letras, al caer la tarde veía en una ventana a la niña vecina tocando la flauta, mientras yo me enredaba por los difíciles aires de la cartilla Amigüitos. A veces algún que otro pájaro raudo rajaba el otro aire. Mientras que el reloj de la Alameda se había quedado parado a las siete de la tarde. La música de la niña sonando con el tiempo detenido. En un ángulo del cuadro vuelan dos papeles en uno se dibuja un metrónomo y en el otro reza el verso de Lope de Vega:” La música en el aire se aposenta”. Hay un instante sublime de magia que es cuando a través del cristal de la ventana se le aparece a la sencilla muchacha el genio Beethoven. Las dos miradas sorprendidas se cruzan. Un ultimo detalle premonitorio; una nota musical salida de la flauta de la niña se echa al vuelo –queriéndose salir del cuadro– hasta metamoforsearse en pájaro. Todo lo que vuela es pájaro y todo el aire es pájaro.
Cuando The Soloists of London interpretaban Concierto para dos violines en la menor de Vivaldi, los pájaros durmientes en la torre de Santo Domingo –a dos pasos del escenario (patio del colegio SAFA)– acompañaron al unísono a la orquesta con su Allegro-Largueto espiritoso. Otra metáfora del vuelo de la música. El arte –en boca de Ortega y Gasset- es luz, vida ,alma…,pero también aire. Por eso en la noche de magia y realidad a la vez del concierto barroco por el aire revolotearon unos violines con alas.
(Texto de Jesús Cuesta Arana)
¿Quién no tiene su propia memoria musical? Nacemos y nos vamos con la música. Desde la nana al responso.
Alcalá de los Gazules con su festival de música, cada año –con el furor del verano– abre de par en par las puertas a la ensoñación o la magia envolvente que viaja entre las cuatro rayas del pentagrama.
Existen entornos que parecen especialmente hechos para que algo ocurra. El patio del Colegio de las Escuelas Profesionales Sagrada Familia de Alcalá de los Gazules es uno de ellos.
Este año junto a la presencia de The Soloists of London, que volvieron a protagonizar la base de los conciertos del programa, le acompañaron el guitarrista internacional Juan Francisco Padilla, el cimbalista Darío Moreno que repitió un año más, la mezzosoprano internacional Alicia Berri y el pianista internacional Claudio Martínez Mehner, que también repitió este año, participaron también el Quinteto «Musitrix» y el Trío «Scherzo» de la Academia Barenboim Said de Sevilla.
Este año el capítulo didáctico ha sido más amplio con cursos para niños y con un Concierto Didáctico «Acuerdo de Cuerdas» presentado por Carmen León e interpretado por The Soloists of London.
Galería día 17
agosto 17, 2008
Galería día 16
agosto 16, 2008
Escuchar el piano de Claudio Martínez Mehner es verlo a él mismo. La expresión siempre iluminada como la del genio.
Por eso cuando su rostro se refleja en el espejo oscuro del piano, parece que siempre el músico hubiera estado allí, en las entrañas del teclado. Y nunca se sabrá si es él el que se refleja en el piano o al revés.
En la atmósfera barroca de la Iglesia de San Jorge, el piano de Claudio Martínez Mehner sonaba a memoria escrita con alma.
Una sonata o nocturno de la emoción que es capaz de trocar la gota de sudor reinante por otra gota de lágrima emocionada.
Con el trío Scherzo, sonó la juventud. Un piano e instrumentos de viento, elevaron el espíritu grabado en la atmósfera.
El aire interior -en un soplo- divino hacia el aire exterior. El prodigio como el encanto nunca conocerán los caminos del tiempo. De manera que estos jóvenes músicos beben en la vieja fuente pero con el agua siempre renovada.
Les queda muchas partituras que echar al viento de sus vientos. El talento sobra y la ilusión hecha música también. El arte es largo y el tiempo corto.
Texto de: Jesús Cuesta Arana
Fotografías: José María Gómez y Antonio Gómez
Galería C. Didáctico
agosto 15, 2008
Galería día 15
agosto 15, 2008
Alicia Berri es la voz y la voz es Alicia Berri.
Nunca se verá una sensibilidad tan a flor de piel contenida en un cuerpo hermoso.
Sin The Soloists of London y Matthew Coman -con muchos vientos alcalaínos ya en la masa de la sangre- el sueño del Festival de Música Al-kalat no se hubiera acariciado nunca con las manos.
Por obra y gracia de éstas cinco mujeres y cinco hombres, Alcalá cada verano -y ya van cuatro- no viviría ni sentiría el profundo clamor de la música.
Una orquesta besada por la elegancia y la pureza.
Alicia canta con la mirada. Mira cuando canta y canta cuando mira.
Un torrente de pasión y equilibrio. Bella por fuera y por dentro.
Se figura o semeja a una diosa ultramarina (de Argentina), con la sangre nuestra y vestida de azul purísima.
Visten de blanco y negro, lo mismo que las partituras para revolotear luego en el espectro de los colores. Como haciendo justicia al poeta Huidobro que soñaba en verso con un pájaro animado en un arcoiris.
Escuchar a Alicia Berri es un alboroto de los sentidos.
Una voz como una pluma de fuego que pone los vellos de punta,
y un nudo en la garganta y los ojos a lágrima viva,
por mor de la emoción que decía el filósofo (Sastre) que es una brusca caída de la conciencia en lo mágico.
Texto de: Jesús Cuesta Arana.
Fotografía: Antonio Gómez.
Galería día 14
agosto 14, 2008
El sonido del cémbalo navega en la sombra luminosa del piando con las mismas pulsaciones pero con sonidos diferentes.
Con el quinteto Musitrix, sonó la juventud.
Darío Moreno tiene la planta de un músico barroco, es como la fábula de «érase un hombre pegado a un clavicémbalo».
Este instrumento a pesar de su aparente humildad – aunque no excento de gran belleza y armonía- tiene un sonido penetrante.
Como un aroma sonoro y añejo que impregnará los sentidos.
El cémbalo tiene forma de ala de pájaro – ¿más poesía? – como queriendo hacer realidad el arte mágico en el vuelo.
The Soloists of London, son como una constelación de diez estrellas que brillan y titilan cada una por su propio genio. Maestros de dar cuerda y compás al mismo tiempo. Cuando interpretan sus gestos son un rico muestrario de la hondura y misterio de la música.
El guitarrista de Almería tiene alma de solista y de orquesta al contrario del cantaor que no tiene nunca alma de orfeón. Los dedos de Padilla son diez vuelos. O diez alas que se posan en las cuerdas de una guitarra.
Padilla también se olvida del cuerpo y del papel escrito cuando se enciende la llama de la tierra.
Jaime Cordero, colaboró narrando fragmentos del Quijote, que intercalaba durante la interpretación de la Suite de Don Quixote de Telemann.
The soloists of London son músico de madera fina que cada año vienen -con el calor reinante- a remover y a emociar los espíritus en Alcalá de los Gazules.
Texto de: Jesús Cuesta Arana
Fotografía: Antonio Gómez
Galería día 13
agosto 13, 2008
La guitarra de Juan Francisco Padilla es caricia y grito a la vez.
La madera hecha espítiru.
Toda la gravedad de la música clásica con nervio meridional.
Aunque la guitarra se deje arrastrar por la música escrita siempre tendrá su acento personal, «según quien llega y tañe», en la voz machadiana.
Cuando Padilla se sumerge en el universo fascinante de la guitarra, se le escapa una sonrisa enigmática. Una sonrisa que viene desde las profundidades de la música.
Texto de: Jesús Cuesta Arana
Fotografía: Antonio Gómez
Galería día 12
agosto 12, 2008
Nació en Jerez de la Frontera, Cádiz, en el año 1968.
Con apenas veinte años, Joaquín Grilo empezó a recibir significativos premios que impulsaron su ya prometedora carrera: mención honorífica «Juana la Macarrona»en el XI Concurso Nacional De Arte Flamenco de Córdoba (1986); Premio de Danza del programa de Televisión Española Gente Joven (1987); Primer Premio «Vicente Escudero» en el Concurso Nacional De Arte Flamenco de Córdoba (1989).
En los pies de Joaquín Grilo, hervía el compás de la tierra. Todo el cuerpo en movimiento como un “candelorio”. El fuego por dentro y la ropa mojada. En el semblante del bailaor se transparentaba el sentimiento espiritual de la música. El baile es música. Una música que entra por los pies como la raíz sale de la tierra. Con el latir del baile de Grilo, por unos instantes sonó – a veces con la todos de rabia- el corazón mismo del pueblo. (Texto de: Jesús Cuesta Arana).
Grilo ha compartido escenarios con grandes figuras del baile del siglo XX, con bailaores contemporáneos y con jóvenes promesas.
También ha presentado por todo el mundo espectáculos propios, como En el candela (1993) o Apoteosis Flamenca (1996) y en 1999 creó su propia compañía. Jácara, un recorrido por todos los palos del flamenco, fue su espectáculo de presentación.
Chano Domínguez usó su zapateado, como si de un instrumento de percusión se tratara, en la grabación de una versión por bulerías de un tema clásico de Thelonius Monk.
Comenzó a bailar en la escuela de Cristóbal el Jerezano, y en 1981 pasó al estudio de danza de Fernando Belmonte y Paco del Río. Pronto forma parte del Ballet «Albarizuela», creado por estos dos profesores, y alcanza el puesto de primer bailarín.
Desde 1981 hasta 1988 estuvo en este Ballet, con el que realizó giras por Francia, Inglaterra, Suiza, Marruecos, Israel, Japón…, actuando también para televisiones de Italia, Alemania y algunos países de América.
En 1986 se presenta al XI Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba donde obtuvo una mención honorífica.
En 1989 se vuelve a presentar en el Gran Teatro de Córdoba para el concurso Nacional donde obtiene el primer premio. En 1990 se trasladó a Madrid donde ocupa como solista flamenco un puesto en la Compañía Teatro Ballet Español.
Miguel Poveda, nació en Badalona (Barcelona) en 1973
Premio Nacional de Música 2007, en la modalidad de Interpretación, «por su gran calidad y versatilidad y por el interés que ha generado en otros ámbitos de la creación».
Con la voz de Miguel Poveda llegó la música no escrita, para dar razón de que el cante no cabe en el papel (partitura). Un quejío atávico con mucha vida de sudores y lágrimas de sangre inundó la tranquila atmósfera de Alcalá. El cante festero o dramático según cante el alma o mengue el espíritu. En la solisombra se escribió – en el aire- el cante. Poveda cierra los ojos para cantar para figurarse mejor lo vivido lo mismo en la alegría que en la tragirrabia. (Texto de: Jesús Cuesta Arana)
En 1993, tras ganar cuatro premios, incluido la Lámpara Minera, (el más preciado del mundo flamenco) en el Concurso Nacional del Cante de las Minas en La Unión (Murcia), empieza su carrera profesional.
Ha participado en los principales festivales de música nacionales e internacionales, cantando en auditorios como el Odeón de París, el Liceo de Barcelona, el Teatro Real de Madrid, el Carneggie Hall y el Lincoln Center de Nueva York, el Aditorium Parco della Música de Roma, el Sadler’s Wells de Londres,…
Ha colaborado con artistas como Santiago Auserón, Enrique Morente, Israel Galván, Eva la Yerbabuena, Martirio, Rodolfo Mederos, Mariza,…
Ha grabado, hasta hoy, seis discos. El último de ellos, Tierra de Calma, editado en 2006, ha recibido numerosos premios y las nominaciones a los Premios de la Música y los Grammy Latino, por segunda vez
Fotografías: Antonio Gómez